MODELO MINNESOTA

Nuestro Programa Modelo Minnesota

En Grupo Mentalis estamos especializados en el tratamiento de adicciones tomando como base el Modelo Minnesota. El Modelo Minnesota nos ha demostrado a lo largo de más de 20 años de experiencia, que es el que mejor eficacia y efectividad consigue, alcanzando un mayor índice de recuperación sin recaída en los pacientes.

Es un modelo originario de EEUU nacido a mediados del siglo XX, al que hemos ido incorporando aquellas mejoras que han supuesto un avance contrastado por nuestro conocimiento, y experiencia en las áreas de la psicología y psiquiatría.

Grupo Mentalis

Esas mejoras, incluyen hacer una valoración individual del paciente, más exhaustiva, al objeto de tener en cuenta la patología dual que pueda presentar el paciente, si existiera cualquier otro trastorno clínico asociado a su adicción, que debiera ser compensado farmacológicamente o/y con un programa terapéutico personalizado para cada uno de ellos. Por tanto, atenderemos siempre a la individualidad del paciente, aunque teniendo presente el programa terapéutico que es grupal.

La parte del programa terapéutico grupal incluye ofrecer tratamiento intensivo en régimen residencial; aplicar y coordinar el conocimiento científico con el conocimiento basado en la experiencia; trabajar con referencias aportadas por adictos recuperados como terapeutas y fomentar la participación en grupos de apoyo tanto durante la fase de tratamiento como posteriormente, al objeto de seguir siempre vinculado con la recuperación.


Los supuestos en los que se basa este modelo son:

El paciente por tanto no es responsable de la misma, se elimina el sentimiento de culpa. Es una enfermedad crónica y primaria, progresiva y que puede llegar a ser mortal si no se trata. En este método se reconocen las adicciones múltiples; los enfermos pueden tener una sustancia principal, pero que puede ser sustituida por otras sustancias que conservan la adicción.

La mayoría de los adictos piensa que puede abandonar el consumo de sustancias cuando lo desee, sin necesidad de ayuda.

Para ello es necesario contar dentro del equipo terapéutico con psicólogo, neuropsicólogo, psiquiatras especialistas en adicciones, terapeutas que son adictos rehabilitados, educadora social, monitor deportivo y personal de enfermería.


El plan de rehabilitación se establece de manera individualizada para cada paciente, en función de sus factores particulares.

Cada paciente es único y tiene unas circunstancias particulares que hacen necesario adaptar el programa a sus características, como, por ejemplo:

1) Tipo de consumo.

2) Cronicidad, cuánto tiempo hace que comenzó con la adicción y la frecuencia con la que lo hace.

3) Cambios, cómo ha ido progresivamente afectando a las distintas áreas de su vida, familiar, social, laboral o educativa.

4) Entorno, un paciente que consume en su entorno difícilmente podrá librarse del yugo de la toxicidad acudiendo dos, tres o cuatro veces en semana al centro ambulatorio, puesto que, el riesgo de recaída lo tiene muy cerca.

5) Compromiso, nivel de implicación de la familia en un proceso que es duro y en el que tienen que trabajar conjuntamente con los profesionales para conseguir que el paciente sea capaz de controlar su adicción totalmente,  rehabilitarse y reinsertarse para recuperar su vida normal.


El apoyo del entorno familiar del adicto es indispensable para conseguir la recuperación.

Si un paciente tiene una familia que le acoge, ayuda y le acompaña en todo este proceso, la tasa de recuperación se incrementa exponencialmente. Mediante terapias familiares tratamos las relaciones de los familiares con esa persona para que puedan ser restauradas.

  • Controlar la adicción, superarla definitivamente y extinguir el deseo de consumir
  • Recuperar la vida y bienestar integral del paciente, tanto físico como mental y emocional.
  • Restaurar las relaciones con su entorno familiar.
  • Conseguir que tanto el adicto como su familia reconozcan y acepten la enfermedad y sus consecuencias.
  • Conseguir que el adicto sea capaz de identificar aquellas conductas nocivas que le llevan al consumo como primer paso para poder cambiarlas.
  • Conseguir que tanto el adicto como su familia sean conscientes de la necesidad de ayuda especializada y tengan la certeza de que el cambio es posible.
  • Conseguir que el adicto pueda llevar un modelo de vida saludable, motivándole a emprender acciones constructivas con el seguimiento y apoyo de los profesionales y el entorno familiar.

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