Que las drogas causan una serie de perjuicios tanto a nuestro organismo como a nuestra actividad cerebral es algo que tenemos claro y que se demuestra día a día, pero debemos comprender y ser conscientes de que la gran variedad de drogas disponibles hace que los efectos de cada una sean diferentes.
Conocer esos efectos, sus síntomas o comportamientos podrá ayudarnos a comprender cuándo estamos empezando a tener un problema propio con el consumo y abuso o incluso cuando alguien en nuestro entorno podría comenzar a padecerlo.
¿Solo tres clases de drogas?
Aunque hay cientos de drogas diferentes, podemos establecer tres grandes grupos para unificarlas atendiendo a los efectos que consiguen en el cuerpo humano. Esta diferenciación nos hace entender mejor cómo actúan, qué efectos tienen y cómo podemos detectarlas a nuestro alrededor.
En primer lugar, encontramos las drogas ESTIMULANTES. Su función es acelerar el organismo estimulando, dependiendo de la droga, el cuerpo o la mente. Hacen su efecto sobre el sistema nervioso central y amplifican la energía y las sensaciones. En esta categoría encontramos sustancias que pueden ser naturales y “suaves” (como la teína, la cafeína o la taurina) y drogas sintéticas y más potentes como las anfetaminas, las metanfetaminas o la cocaína. Sus efectos se pueden detectar cuando una persona está inusualmente activa o su excitación se alarga más de lo normal de forma que resulta una alegría y actividad poco natural.
En segundo lugar, encontramos las drogas DEPRESORAS. Están, directamente, al otro lado de la balanza de las anteriores. Son las que están indicadas para relajarse o desinhibirse y buscar una relajación (física o mental) del cuerpo humano. Entre estas drogas encontramos el alcohol, los tranquilizantes o ansiolíticos además de todos los opiáceos (como morfina, heroína, metadona, opio). Estas drogas se comportan de forma diferente en cada cuerpo, pero se puede detectar su uso o abuso cuando estamos frente a personas que están más confiadas y relajadas de “lo normal y lógico” o durante un largo periodo de tiempo.
Por último, encontramos las drogas ALUCINÓGENAS. También llamadas drogas psicodélicas, son las que hacen que se modifique la percepción del entorno creando situaciones o sensaciones irreales pero que se viven intensamente. Entre este tipo de drogas hay tanto naturales (como los hongos o la ayahuasca) como sintéticas y de laboratorio (como el éxtasis, la ketamina o el MDA).
En este caso se pueden detectar cuando la persona se encuentre en pleno “viaje” ya que estarán fuera de sí mismos, o en los momentos posteriores cuando la “resaca” hace que esas personas estén en mala forma.
Tipología por características de la droga
Otra catalogación en cuanto a drogas no depende de sus efectos, sino de su procedencia, concepción o legalidad y percepción oficial o pública. Entre estas opciones encontramos las drogas legales (como el alcohol o el tabaco) o las drogas ilegales (como la cocaína). Las drogas naturales (como la marihuana) o las drogas químicas (los somníferos).
Este tipo de categorías ayuda más a categorizarlas y ordenarlas qué a conocer sus efectos o ayudarnos contra ellas por lo que se convierte más en una forma de ordenarlas más que de prevenirlas.
Referencias
- Tipos de Drogas. Drugs.ie
- Conozca los Riesgos de Consumir Drogas. SAMHSA
- ¿Qué tipos de drogas existen? CMPA.
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