Las personas con adicciones, conductas inadecuadas o con comportamientos considerados “a las buenas costumbres de la sociedad moderna”, son generalmente tratados como parias y reciben en parte castigos, críticas o penalidades. Los malos hábitos, en su mayoría, suelen estar vinculadas con enfermedades mentales pero también con causas genéticas. Estudios recientes de genética así lo han demostrado.
¿Por qué considerar una enfermedad a la conducta adictiva? Un estudio realizado por científicos del King’s College London y del Imperial College London demostraron que gran parte de las conductas negativas se deben principalmente a factores hereditarios, ellos lograron determinar que, por ejemplo, el carácter insensible, indiferente y violento es predominante, por tanto, es fácil transmitirse de padres a hijos. De igual forma, sucede con la adicción, un gran número de genes presentes en un porcentaje de los seres humanos pueden incidir en la necesidad de consumir sustancias estupefacientes para alcanzar un estado psicológico con el cual el individuo se sienta a gusto.
Si analizamos la unión entre genética y adicción basándonos en los factores que nos indica el DSM-5®, actualización y quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, para detectar si una persona es dependiente de drogas, alcohol, tabaco u otras sustancias adictivas, se puede determinar que la mayoría son involuntarios y todos determinan una enfermedad adictiva. ¿Pero qué “gen” genera estas adicciones?
En un artículo publicado por el National Institute on Drug Abuse se señala que personas con bajos niveles de expresión del gen CHRNA2 pueden tener tendencias adictivas por sustancias como el cannabis. De igual forma, sucede con el gen Mpdz, el cual se asocia con dependencias al alcohol y síndrome de abstinencia en personas que consumen drogas sedantes y alucinógenas. Personas con genes predominantes PER1 y PER2 pueden tener debilidad por el consumo de alcohol, sobre todo cuando se encuentran en situaciones difíciles que le generan estrés. El gen DLG-4 tiene una función especial para el control de neurotransmisores importantes del sistema nervioso central, pero cuando este gen presenta pequeñas alteraciones los individuos pueden ser susceptibles al consumo de cocaína.
Existen alrededor de una docenas de genes que pueden intervenir en las adicciones de las personas, genes que se poseen de forma involuntaria y que de acuerdo con factores ambientales del individuo pueden manifestarse de forma negativa. De allí se deduce una estrecha relación entre genética y adicción.
Referencias
Genética y epigenética de la adicción. NIH.
Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales. American Psychiatric Association
La genética del comportamiento, conceptos básicos. PsicoActiva.