Las personas mayores de 50 años se han convertido en un grupo demográfico bastante ignorado cuando hablamos de las acciones y efectos de los consumidores de drogas. Pero no hay que olvidar que este sector plantea desafíos concretos como pueden ser limitaciones físicas o aislamientos que recuerdan que no hay que dejarlos de lado.
La causa concreta del consumo de drogas en adultos es algo individual y que se debe valorar caso a caso, pero lo cierto es que casi un millón de personas adultas viven con un trastorno de este tipo según datos que se vienen reportando desde hace años. Es más, el porcentaje de mayores y drogas y su tratamiento ha ido en aumento hasta alcanzar el 7% en los últimos años.
La presión, la ansiedad, el estrés, la depresión e incluso la propia acción que ejercen las drogas sobre el organismo son algunos de los factores protagonistas a la hora de hablar de las drogas en personas adultas o mayores. Como ya sabemos, las drogas son sustancias que consiguen actuar en el sistema nervioso alterando los neurotransmisores y perturbando el adecuado funcionamiento cerebral por lo que estas afecciones se presentan a lo largo de toda la vida. No es algo solo de jóvenes, sino que este “enganche” puede producirse durante todas las edades. Esto conlleva alteraciones en la percepción y en el estado de ánimo además de crear dependencia psicológica y física.
En concreto ciertas drogas como el cannabis, la mescalina o el LSD llegan a distorsionar la organización de los pensamientos y que provocan situaciones de riesgo. El escaso o incluso nulo control de todo lo que pasa alrededor, puede llevar a situaciones peligrosas, especialmente cuando el organismo se acostumbra a dicho consumo. Y esto es aún mayor cuando el sujeto que las consume, al tener más edad, tiene otro tipo de responsabilidades o presencia familiar y social. Este estado de adaptación llega a manifestarse con algunos trastornos físicos como la inestabilidad o, si se desean dejar, el síndrome de abstinencia.
Se calcula que más de 30 millones de personas que son consumidoras de drogas sufren un trastorno relacionado con ellas y un gran porcentaje de ellos son adultos o mayores ya que la persistencia en las mismas agrava los síntomas. En definitiva, mayores y drogas no son compatibles en ninguno de los casos, especialmente si se tiene en cuenta que a este factor de riesgo se suele sumar, en la mayoría de las ocasiones, que las personas adultas que tienen que recibir asistencia médica por el consumo de drogas suelen haber seguido hábitos poco saludables en general.
Da igual la edad que se tenga para engancharse a una sustancia ilegal, igual que da igual la edad que se tenga para desear salir de ello acudiendo a expertos que te ayudarán psicológicamente para poder dejar todo eso atrás.
Referencias
International Narcotics Control Board .
Drogas y cerebro.