Cuando hablamos de adicciones suele venir a nuestra mente la adicción a una determinada sustancia, pero, aunque las adicciones más habituales sean las adicciones químicas, existen otras que provocan una abstinencia y deseo de consumo muy similar al de las adicciones más comunes.
Un ejemplo, sería el de las adicciones a las nuevas tecnologías como pueden ser el uso de Internet, videojuegos, redes sociales o teléfono móvil, marcadas por una fuerte dependencia y bajo control al continuar realizándola a pesar de sus efectos negativos, generalmente para evitar una situación de malestar. Es decir, una persona con adicción a las tecnologías utilizaría estas para evitar un malestar emocional como podría ser la soledad o un enfado extremo, en cambio, una persona sin adicción a las tecnologías las utilizaría, por ejemplo, para comunicarse simplemente.
Esta adicción además viene motivada por su disponibilidad y accesibilidad inmediatas, destacando el factor del anonimato. A diferencia de las adicciones hacia tóxicos, como puede ser al alcohol, este tipo de adicción suele ocultarse más, ya que las personas que la padecen no suelen quejarse de ellas.
Es cierto que, aunque no genere riesgos tan evidentes o aparentemente manifiestos como los provocados por el consumo de sustancias químicas, podemos encontrar riesgos que pueden volverse muy peligrosos como puede ser el ciberacoso que puede conllevar a conductas incluso, de suicidio. Consecuencias que, además, suelen extenderse a todo su núcleo familiar y social.
Existen diversos factores de riesgo que pueden contribuir a una mayor facilidad para el desarrollo de dicha adicción:
Factores personales: la impulsividad, un estado de ánimo con frecuentes fluctuaciones, preocupaciones excesivas y un fuerte deseo de experimentar emociones extremas se han asociado a personas con adicciones, además de una personalidad caracterizada por una escasa autoestima o gran timidez, que pueden ocasionar dificultades en el afrontamiento de problemas habituales.
Factores familiares: tanto los entornos demasiado autoritarios como extremadamente permisivos, pueden contribuir a ser un factor de riesgo para el desarrollo de dichas adicciones. En el primer caso, los hijos se pueden volver muy dependientes a la vez de irresponsables, rechazando el cumplimiento de cualquier norma por parte de sus padres. En el caso de los hijos con padres demasiado permisivos carentes de normas, estos se mostrarían impulsivos y sin el apoyo emocional que deberían tener conllevando a no haber desarrollado ninguna conducta saludable.
Factores sociales: el contacto social con personas con otras adicciones puede conllevar que el adolescente se deje influir y se sienta presionado por ellos, siguiendo el mismo camino para lograr obtener un refuerzo o recompensa inmediatas.
Por otro lado, también podemos encontrar diversos factores de protección:
Factores personales: una adecuada autoestima y unas buenas habilidades sociales, pueden conllevar a un afrontamiento efectivo de los problemas que puedan surgir evitando la necesidad del menor de tener que aislarse en un mundo virtual para evitar cualquier malestar. Además, es de vital importancia que el adolescente ocupe su tiempo en actividades de ocio que le ayude a experimentar nuevas sensaciones evitando a su vez, actividades peligrosas que les pueda ocasionar el desarrollo de una adicción.
Factores familiares: una adecuada comunicación familiar caracterizada a su vez de un cariño y apoyo mutuos puede favorecer el conocimiento de las preocupaciones de los hijos por parte de sus padres, además de la búsqueda común de actividades gratificantes carentes de peligrosidad.
En conclusión, si una persona no es capaz de satisfacer sus intereses en su entorno familiar, laboral y afectivo, puede utilizar el mundo virtual para hacerlo, conllevando una posible adicción a este.
Por esto, su entorno debe buscar ayuda en profesionales de la psicología ante cualquier señal alarmante y, a su vez, intentar promover cualquier factor de protección que tenga disponible.
En Aequilibrium llevamos tratando estos problemas desde hace varios años con las terapias adecuadas y personalizadas a cada caso.
Referencias
Odriozola, E. E. (2012). Factores de riesgo y factores de protección en la adicción a las nuevas tecnologías y redes sociales en jóvenes y adolescentes. Revista española de drogodependencias, 4, 435-48.